jueves, agosto 30, 2007

La evaluación como compromiso o cómo resultado.

Recientemente conversaba con mis estudiantes del décimo semestre de la Carrera de Educación en nuestra Universidad, sobre el sentido de la evaluación en el proceso pedagógico.

En la conversación salió a relucir que para estos estudiantes que se encuentran en su trabajo de grado, la calificación numérica que obtienen en este semestre no es significativa pues ese valor se cambia por el resultado obtenido en la defensa de su trabajo, que por lo general es después de varios semestres.

Entonces el análisis hizo un giro hacia la necesidad de una evaluación dirigida más al compromiso individual, que al resultado de cumplir con una meta. Los estudiantes asumen por lo general la posición de cumplir para quedar evaluados y de esa manera avanzar hacia las próximas asignaturas.

Pero en la práctica cuando la evaluación se dirige sólo al cumplimiento, cabe preguntarse qué queda para el individuo evaluado, cómo se siente sabiendo que solamente realizó su trabajo para cumplir y escasamente para desarrollarse.

Bajo esta óptica encontramos muchos estudiantes que realizan sus trabajos para cumplir con el docente, a veces, tratando de engañar al docente con la copia de otros trabajos, cambiando nombres de autores y en especial dejando la entrega de su trabajo para el último minuto del plazo.

En ese sentido me pregunto sí también algunos profesores cuando pasan al plano de estudiantes se sumergen en el mismo círculo de cumplir con el docente, colocando en su trabajo, partes de otros autores, presentaciones o videos que nada tienen que ver con lo acordado en la evaluación y en especial justificando su incorrecto proceder.

Qué pensarían nuestros estudiantes si encontramos profesores de ese tipo, como podrían evaluarnos nuestros estudiantes si con ellos somos inflexibles a la hora de entregar una evaluación y cuando nos convertimos en estudiantes exigimos al docente que amplíe constantemente el plazo de entrega.

Qué opina usted, está en el grupo de los que cumplen con sus evaluaciones para desarrollarse o dentro de los que cumplen por cumplir.

DrC. Carlos Bravo Reyes
Santa Cruz, 30 de agosto del 2007

3 comentarios:

  1. Es interesante y reflexivo el artìculo en cuestiòn, como profesor llevo a delante la pràctica del mètodo dialògico, planteo un problema y todos participan de una y otra forma, las directrices estan en la pizarra, los objetivos tambièn. Si la informaciòn la encuentran en internet o en los libros eso no es tan importante, por que con 51 o 100 de nota, no me dice que tipo de administrador serà. Sim embargo no es el conocimiento de quien solo escribe sinò de quien lo necesita, mi tema es de valores, y en la clase debemos compartir responsabilidad, habilidad, rapidez para dar respuesta a problemas administrativos. Es un compromiso asistir a la clase y por supuesto evaluar, por parte mìa, el tipo participaciòn. Volviendo al artìculo es la primera vez que leo algo con ese motivo, pero seguro es que el mejor evaluador es el estudiante.
    Me hace recuerdo al profesor Rodosvaldo Ruiz,"enseñar es la mejor manera de lograr que los alumnos no aprendan". Este serà motivo de un artìculo.
    Gracias Dr. por las reflexiones.
    Atte: OSCAR

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  2. Profesor, en mi opinión, la evaluación es más que un compromiso individual, ya que el compromiso implica una obligación que uno contrae para lograr algo o cumplir con alguien. Sin embargo, la evaluación es un fenómeno complejo que condiciona todo el proceso de aprendizaje y enseñanza. Considero que en un nivel superior, la evaluación condiciona una responsabilidad que deben ejercer los sujetos implicados en este proceso. Por ejemplo, si las actividades están orientadas por objetivos el aprendiz se preocupará por lograr los mismos -sin importar muchas veces cómo- y el que enseña centrará su preocupación de ver si el aprendiz logró los objetivos. Sin embargo en un proceso con responsabilidad compartida, el profesor puede utilizar la evaluación como un elemento de diagnóstico y comprensión de actividades, y no sólo como un método de control académico, así podrá -por citar solo un aspecto- atender a necesidades de aprendizaje, que por supuesto en un grupo son variadas. En el caso del aprendiz, la evaluación le debe permitir reflexionar sobre su experiencia de aprendizaje, que tome conciencia sobre su propio aprendizaje y de cómo mejorarlo, pero también, que le permita tomar decisiones.

    Respecto a los trabajos, en mi experiencia personal, considero que la formación en el uso de estas herramientas debe ser continua, para ello, es importante superar "la brecha mental". O sea, es una cuestión de actitud, si superamos esto la "fluidez digital" será una constante, no la preocupación o el problema.

    Dr. Carlos, agradezco su preocupación constante en el proceso de nuestro trabajo del blog, me atrevo a decir que pocas veces he tenido la oportunidad de que un docente en estudios de postgrado acompañe mi preocupación de aprendizaje.

    Profesor, entiendo que para efecto institucional debe asignar calificaciones, pero le pido que sea una NOTA pendiente, porque el aprendizaje sobre los medios digitales, es continuo...

    Atentamente:
    Odin

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  3. Saúl Severiche, comenta:

    Muy interesante la reflexión, me ha tocado preguntarme en varias oportunidades durante los módulos del doctorado ¿estoy haciendo los trabajos solo por cumplir una obligación y obtener una calificación o lo hago para aprender y aplicar?.

    Creo que es ahora cuando reflejamos nuestros valores y nos damos cuenta que como docentes somos modelos, pero debemos preguntarnos: ¿somos modelos dignos de imitar?

    Doy gracias a los profesores del doctorado que nos muestran nuestros errores, solo de esta manera podremos mejorar.

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